Prensa Mincyt/IVIC/Edith García.- Recientemente, el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit) aprobó el financiamiento del proyecto denominado Especies frutales potenciales para la alimentación, con miras al fortalecimiento de la soberanía alimentaria en Venezuela.
El proyecto impulsado por la magíster Marisela Bravo, del Laboratorio de Ecofisiología Vegetal del Centro de Ecología, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), tiene como uno de sus propósitos realizar un inventario de especies subutilizadas en zonas de los estados Aragua y Miranda, especies con potencial para hacer incorporada a la dieta humana.
“Entre estas especies se pueden mencionar jobo, guama, zapote, nísperos, anón, ponsigué, caimito, semeruco, jobito y algarroba. Existen muchísimas especies que no son comunes en los supermercados, pero en las localidades de El Rincón y La Cesiva en el estado Aragua y en los Altos Mirandinos se mantienen resguardadas casi siempre en traspatios o haciendo vida silvestre. No descartamos incluir otras comunidades”, detalló Marisela Bravo.
Explicó la experta que, en una primera parte del proyecto, se hizo un acercamiento a comunidades de Monagas, Sucre y Aragua, pero para esta segunda parte solo se abordarán las localidades anteriormente mencionadas para hacer el muestreo y el trabajo de campo. En estas se estima entrevistar alrededor de 150 familias.
“Además del inventario deseamos evaluar algunos aspectos referente a la semilla y al crecimiento en condiciones de viveros de estas especies, tomando en cuenta que, de muchas de ellas, no hay información disponibles en la literatura, al no tratarse de especies comunes”, destacó Bravo.
En este contexto, muchas de estas especies poseen un enorme valor nutricional más que las especies que se conocen comúnmente. “Un ejemplo es que cuando se piensa en vitamina C de inmediato vamos a la naranja que es el cultivo comercial, pero resulta que la semeruco tiene 40 veces más vitamina C por cada 100 gr que la naranja y eso se debe saber”, de allí que este proyecto reviste una gran importancia, pues busca visibilizar las bondades nutricionales de estas frutas.
“Muchas de estas especies poseen beneficios medicinales, ya sea actividad cardioprotectora, o tienen efectos reconocidos antitumorales. Es importante incorporarlas en la dieta, no solamente para mejorar nuestra ingesta calórica, sino también porque vamos a incorporar nutrientes y antioxidantes que tienen efectos positivos en nuestra salud y eso impacta en el bienestar de las personas”, agregó la investigadora.
Marisela Bravo dijo que la mayoría de estas especies se han naturalizado y están presentes en la memoria gastronómica ancestral, por lo que es importante retomarlas. “Muchas especies subutilizadas no son consumidas porque están estigmatizadas o simplemente porque desconocen que son comestibles y no saben cómo incorporarlas a la dieta diaria. Una vez que la persona adquiere el conocimiento, tiene más acceso a recursos alimenticios”.
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