Un piloto de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) confirmó que existió un intento de asesinato contra Evo Morales el día en que el expresidente salió de Bolivia tras el golpe cívico militar contra su gobierno. Según relató Miguel Eduardo Hernández, el 11 de noviembre de 2019 llegó a divisar «un disparo con lanzacohetes» que la aeronave que transportaba a Morales logró esquivar. El piloto mexicano señaló además que antes del despegue varios militares habían tratado de bajar del avión al exmandatario por la fuerza.
La información que se conoce a poco más de un año y medio de aquel golpe que interrumpió el orden constitucional en Bolivia fue suministrada por la Secretaría de la Defensa Nacional de México sobre la base de la declaración del hombre que condujo la aeronave en la que Morales se exilió. El documento a su vez aparece mencionado en el último libro del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, titulado A la mitad del camino.
«Los golpistas trataron de asesinarnos y fracasaron», dijo Evo Morales luego de conocer las revelaciones. Por su parte Gabriela Montaño, exministra de Salud de Bolivia que viajó en el mismo avión, aseguró en diálogo con Página/12: «Tener esta confirmación es como saber que este año y medio que puedo estar con mi familia y con mis hijas es un regalo de la vida. Después te vuelve a girar en la cabeza todo lo vivido en esa época, pero es la ratificación de que podría no estar aquí«.
El momento de los disparos
Según el relato de Hernández, cuando el avión levantó vuelo para dejar
Bolivia se produjo un disparo de proyectiles presuntamente provenientes
de la base aérea de Chimoré, en Cochabamba. «Durante el ascenso inicial,
el piloto alcanzó a observar desde el lado izquierdo de la cabina de
mando una estela luminosa similar a la de un cohete por debajo del
horizonte», destaca el informe oficial.
Al percatarse de la situación, el piloto «efectuó un viraje ceñido hacia el lado contrario de la trayectoria del proyectil incrementando el régimen de ascenso para evitar el impacto observando que la traza, muy por debajo de la aeronave, efectuaba una parábola hacia el terreno sin haber alcanzado la altura que en ese momento ya tenían, aproximadamente a tres mil pies sobre el terreno».
El documento agrega que el «posible cohete podría haber provenido del lanzador RPG que observó en el aeropuerto». También remarca que el incidente no fue comunicado a la tripulación para evitar un aumento de «la tensión de la misión diplomática que buscaba rescatar al exmandatario y darle asilo en México».
En su relato, el hombre de la FAM contó que desde que el avión aterrizó en Chimoré, un «elemento de las Fuerzas Armadas bolivianas apuntó a la aeronave, de manera permanente, con un lanzacohetes». Y aseguró que él mismo le pidió a los golpistas «en varias ocasiones que se dejara de apuntar al avión».
Los instantes previos al vuelo
En el informe publicado en el reciente libro de López Obrador también se
menciona que, cuando el avión de la FAM llegó al aeropuerto
boliviano ya era evidente la presencia de «elementos armados» en el
lugar. Pese a ello Morales y sus dos acompañantes, el ex vicepresidente
Álvaro García Linera y la exministra Gabriela Montaño, lograron abordar
la aeronave. También viajó con ellos un funcionario de la
Cancillería, Froylán Gámez Gamboa, quien horas antes de salir de Mexico
había sido papá. «En términos humanos eso demuestra un compromiso
maravilloso», remarcó Montaño.
Aunque todo estaba listo para el despegue, la autorización fue negada a último momento por lo que el avión tuvo que regresar a su posición inicial. Según el informe, el piloto Eduardo Hernández intentó comunicarse con el Secretario de la Defensa Nacional mexicana, Luis Crescencio Sandoval, para reportar la situación. Luego de intentarlo sin éxito, sujetos armados golpearon al piloto buscando torcer su voluntad.
«Le ordenaron que levantara los brazos diciéndole que bajara a Evo Morales de su avión. En ese momento, otro de los individuos se le aproximó por detrás y lo golpeó en la espalda con la culata de un arma larga, tipo Garand (…) otro de los individuos, también uniformado, le golpeó el abdomen con el rompeflamas de un fusil automático ligero, cargando su arma y apuntándole al pecho, sin ninguna razón aparente», refiere el escrito de la Defensa Nacional mexicana. La tensión terminó luego de que el piloto, siempre según el informe, se dirigiera al sujeto que lo apuntaba para decirle: «Joven soldado, los valientes no asesinan».
Sin embargo, las amenazas se repitieron diez minutos más tarde cuando otro grupo de uniformados y civiles armados intentaron subir al avión. Según el reporte, Hernández lo impidió parándose frente a la escalera de acceso. Luego de persuadir a los atacantes durante varios minutos, el piloto logró que lo pusieran en contacto con el general boliviano Jorge Terceros Lara, actualmente detenido por su rol durante el golpe, quien le dio 30 minutos para que el avión abandone Bolivia.
«Cuando el piloto descendió de la aeronave había una enorme posibilidad de que fracase todo lo que se había logrado hasta ese momento. Me volvió el alma al cuerpo cuando lo volví a ver entrar al avión«, comenta Montaño a este diario. Una vez puesto en marcha el viaje, Perú no dejó aterrizar al avión mexicano para cargar combustible, por lo que debió hacerlo en Asunción, Paraguay. Luego sobrevoló Brasil y Perú pero Ecuador le prohibió el paso, razón por la cual tuvo que rodear el país hasta llegar finalmente a México.
«Trataron de asesinarnos y fracasaron»
La información conocida en las últimas horas confirma la hipótesis
de Morales, que desde un principio denunció haber sufrido un intento de
asesinato. Un año y medio después de su partida de Bolivia «se revelan
más detalles del golpe de noviembre», dijo el expresidente. «Los
golpistas trataron de asesinarnos y como fracasaron, ahora intentan
eliminarnos políticamente», agregó Morales en su cuenta de Twitter.
Los instantes previos al vuelo
En el informe publicado en el reciente libro de López Obrador también se
menciona que, cuando el avión de la FAM llegó al aeropuerto
boliviano ya era evidente la presencia de «elementos armados» en el
lugar. Pese a ello Morales y sus dos acompañantes, el ex vicepresidente
Álvaro García Linera y la exministra Gabriela Montaño, lograron abordar
la aeronave. También viajó con ellos un funcionario de la
Cancillería, Froylán Gámez Gamboa, quien horas antes de salir de Mexico
había sido papá. «En términos humanos eso demuestra un compromiso
maravilloso», remarcó Montaño.
Aunque todo estaba listo para el despegue, la autorización fue negada a último momento por lo que el avión tuvo que regresar a su posición inicial. Según el informe, el piloto Eduardo Hernández intentó comunicarse con el Secretario de la Defensa Nacional mexicana, Luis Crescencio Sandoval, para reportar la situación. Luego de intentarlo sin éxito, sujetos armados golpearon al piloto buscando torcer su voluntad.
«Le ordenaron que levantara los brazos diciéndole que bajara a Evo Morales de su avión. En ese momento, otro de los individuos se le aproximó por detrás y lo golpeó en la espalda con la culata de un arma larga, tipo Garand (…) otro de los individuos, también uniformado, le golpeó el abdomen con el rompeflamas de un fusil automático ligero, cargando su arma y apuntándole al pecho, sin ninguna razón aparente», refiere el escrito de la Defensa Nacional mexicana. La tensión terminó luego de que el piloto, siempre según el informe, se dirigiera al sujeto que lo apuntaba para decirle: «Joven soldado, los valientes no asesinan».
Sin embargo, las amenazas se repitieron diez minutos más tarde cuando otro grupo de uniformados y civiles armados intentaron subir al avión. Según el reporte, Hernández lo impidió parándose frente a la escalera de acceso. Luego de persuadir a los atacantes durante varios minutos, el piloto logró que lo pusieran en contacto con el general boliviano Jorge Terceros Lara, actualmente detenido por su rol durante el golpe, quien le dio 30 minutos para que el avión abandone Bolivia.
«Cuando el piloto descendió de la aeronave había una enorme posibilidad de que fracase todo lo que se había logrado hasta ese momento. Me volvió el alma al cuerpo cuando lo volví a ver entrar al avión«, comenta Montaño a este diario. Una vez puesto en marcha el viaje, Perú no dejó aterrizar al avión mexicano para cargar combustible, por lo que debió hacerlo en Asunción, Paraguay. Luego sobrevoló Brasil y Perú pero Ecuador le prohibió el paso, razón por la cual tuvo que rodear el país hasta llegar finalmente a México.
«Trataron de asesinarnos y fracasaron»
La información conocida en las últimas horas confirma la hipótesis
de Morales, que desde un principio denunció haber sufrido un intento de
asesinato. Un año y medio después de su partida de Bolivia «se revelan
más detalles del golpe de noviembre», dijo el expresidente. «Los
golpistas trataron de asesinarnos y como fracasaron, ahora intentan
eliminarnos políticamente», agregó Morales en su cuenta de Twitter.
Por su parte, Montaño insistió en que lleva «poco más de un año y medio de una vida regalada«. A la luz de las revelaciones del accidentado vuelo, la expresidenta de la Cámara de Diputados y Senadores de Bolivia advirtió que «la disposición a matar es algo que siempre te para los pelos» porque quien tiene la intención de quitarle la vida a otros está dispuesto a cualquier cosa. «Eso lo vimos en los siguientes días en masacres como las de Sacaba y Senkata, que demostraron un contenido brutal que los seres humanos ya quisiéramos haber desterrado«, expresó.
Cortesía: http://www.psuv.org.ve/
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